Presentaciones
Bueno, esta imagen me dio muchísima risa, porque es relativamente real.
Pero primero, la presentación:
Me llamo Silvana, soy Cirujano Oftalmólogo 60% del tiempo, el 40% restante lo dedico a mi familia, a escribir historias cortas o novelas de ficción, a tocar la guitarra o la batería, tejer o dibujar o pintar en técnica goache -que cada vez lo he hecho menos por cuestiones de tiempo- y también COCINAR.
Amo la comida.
Me gusta mucho combinar los alimentos y crear recetas nuevas, prácticas y saludables. Aunque anteriormente no era así, mi amor por la comida no era muy ordenado que digamos; era un amor con límites muy débiles, pues los sabores dulces y salados siempre han sido mi talón de Aquiles. Basta decir con que no había horarios para comer, comía entre comidas, y ocasionalmente acudía a la comida rápida -porque era más práctico y no había tiempo de cocinar, me decía.
Hace unos 9 meses también fumaba. Inicié a fumar durante la residencia -el tiempo en el que hacemos la especialidad- y de ello hace ya unos seis años. Lo más que llegué a fumar por día era unos 8 cigarrillos (mentolados pero muy Light, ¡jaja!) pero sin decir de cuando había eventos o reuniones con los amigos, ahí podía llegar a terminar con una cajetilla (que para quienes no lo saben, contiene 20 cigarrillos) -ah, y todo ello lo hacía, a sabiendas de que mis pulmones sufrirían las consecuencias, además teniendo antecedentes de Asma bronquial -bonita cosa, cierto.
"¿Pero si eres médico, porqué hacías todas esas cosas?" Cuántas veces he escuchado esa pregunta. Y no solo la he escuchado, sino que la he formulado a muchos de mis colegas y compañeros de trabajo. Porque, en teoría los médicos sabemos -mejor que muchos- lo malo que es para la salud fumar, consumir bebidas alcohólicas, comer comida chatarra, comer en exceso... Y sin embargo, lo hacemos.
Y esto me lleva a preguntar, ¿porqué las personas en general, hacemos cosas que son dañinas para nuestra salud? ¿Alguna vez has comido tanto que tienes dolor de estómago -gastritis o colitis- (dispepsia), pero de cualquier modo te comes ese último botecito de chamoy, porque "sabe muy bueno"? Para quienes fuman, ¿te ha pasado que después de una fiesta o salidita al antro, te fumaste tantos cigarrillos, que amaneces con la típica "cruda del cigarro"' (olor a nicotina impregnado en tu cabello y tu piel, el sabor amargo del alquitrán anclado a las papilas gustativas de tu lengua y en tus encías? Te dices a tí mismo, "Esto es asqueroso ¡Ya no vuelvo a fumar!" y dos horas más tarde -después de comer- enciendes ese cigarrito, para "la digestión".
Podría citar muchos ejemplos de este tipo de conductas nocivas para nuestra salud, ¿te ha sucedido alguna vez?
La verdad es que muchos de nosotros lo hacemos
o lo hemos hecho.
Entonces, ¿porqué si sabemos que nos hace daño, lo hacemos de cualquier modo?
Mi pregunta por supuesto, es retórica. No pretendo ponerme a descubrir "el hilo negro" de la psicología humana en sus conductas auto-destructivas.
Llegó el momento en el que me vi al espejo con algo de sobrepeso, cansada todo el tiempo, siempre con sueño a pesar de dormir temprano, muy baja de energía y me pregunté si realmente este "modus vivendi" era el que deseaba para los siguientes 10, 20 ó 30 años de mi vida. Por supuesto, la respuesta es un gran "NO".
Mis primeros pasos en la Zona.
Lo primero que hice fue entrar a un gimnasio (gracias al "empujoncito" que me dio un gran amigo cuando me dijo: "Silvana, ¿estás engordando?" ¡Lo amé por su sinceridad, y se lo agradeceré de por vida!) Inicié con una rutina de ejercicio aeróbico (caminadora, elíptica etc...) bueno, lo más que aguantaba eran 15 minutos en cada uno -mi condición física estaba por el suelo después de 2 años sin pararme en un gym.
Lo segundo, fue dejar de fumar. Mis padres y mi esposo fueron un gran ejemplo y motivación para ello. Era la segunda vez que intentaría dejarlo. Me apoyé con un cigarrillo electrónico con filtros SIN nicotina -prácticamente es puro vapor de agua y de vez en cuando lo uso. Hace 9 meses que no fumo un cigarrillo "de verdad" y no tengo la menor intención de hacerlo, pues ya me resulta completamente desagradable al gusto (¡Ah, recuperé la función de mis papilas gustativas! La comida ya no sabe a "ceniza"). Si quieren, más adelante les cuento cómo estuvo eso de la dejada de fumar.
Lo tercero y más significativo en términos de "cambió mi vida" fue acudir con una Nutrióloga (¡por primera vez en mi existencia!) Y afortunadamente, no caí con cualquier nutrióloga, sino con alguien muy capaz y que me abrió los ojos a otra manera de ver a los alimentos. Gracias a ella, implementé el sistema de la Zona en mi alimentación y a pesar de que tengo relativamente poco en ello, me ha funcionado de maravilla y quiero compartirlo con ustedes en este espacio.
Sin más, bienvenidos y estén pendientes porque aquí les compartiré lo mucho que he aprendido acerca de alimentarnos sana.... ¡y deliciosamente!
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